Tener plantas o «espacios verdes» en casa tiene numerosas ventajas. Por ejemplo, se ha demostrado que los espacios verdes disminuir el estrés, la ansiedad, la presión arterial, e incluso puede purificar el aire en su hogar. Construir un terrario es una forma perfecta de introducir espacios verdes en casa y disfrutar de los beneficios que ello conlleva. También es una actividad que puede disfrutarse y realizarse a cualquier edad. Cuando creé el mío, mi hijo de 2 años se unió a mí y me ayudó a recoger piedras, palos y trozos de musgo, como se ve en el vídeo de abajo. Y nos lo pasamos en grande haciéndolo.
Un terrario es un recinto transparente para mantener o criar plantas. El primer paso es encontrar un contenedor. Los terrarios suelen ser de cristal, pero también puedes utilizar un recipiente de plástico transparente si te preocupa que un pequeño lo rompa. Un viejo tarro de espaguetis, un tarro de albañil o cualquier otro recipiente que hayas vaciado funcionará muy bien. El siguiente paso es mi parte favorita, ¡la exploración! Coge una pequeña pala de mano y una bolsa y sal con tus hijos de paseo al parque, a lo largo del río, o tal vez a tu excursión favorita donde creas que puedes encontrar algunos objetos interesantes para hacer tu terrario. Recoge piedras, palos, arena, plantas pequeñas, musgo y cualquier otra cosa que te llame la atención. Puedes implicar a tu hijo en la decisión de dónde ir preguntándole dónde cree que habrá musgo o árboles pequeños. Mi hijo de 2 años y yo encontramos un montón de musgo a lo largo de nuestro río local y encontramos un bonito pino bebé creciendo justo fuera de nuestro apartamento. Las plántulas suelen encontrarse debajo del árbol madre. Tómate tu tiempo explorando y recogiendo objetos al aire libre.
A continuación, lava suavemente los objetos recogidos. Esto evitará que cualquier insecto no deseado viva en tu nuevo terrario. Para empezar el terrario, coloca piedras o arena en el fondo del recipiente y añade una capa de tierra. Si quieres añadir una planta más grande, colócala antes de añadir la tierra para facilitar la instalación. Después de esto, tú y tus pequeños estáis listos para añadir todos los extras. Pon un poco de musgo, espolvorea algunas piedras, coloca un palo aquí o allá y diviértete con ello. No hay una forma incorrecta de crear un terrario.
Por último, tienes que dar de beber agua a tu nueva creación. Coge un pulverizador o una taza pequeña y riega generosamente tu terrario esta primera vez, ya que la tierra estará bastante seca. Requieren muy poco mantenimiento, por lo que sólo tendrá que rociar su terrario con agua cada 2-3 semanas. Colocar la tapa muy suelta encima del terrario permitirá una menor evaporación y puede disminuir la necesidad de regar tan a menudo. Una vez que lo hayas regado, tu hijo podrá decidir dónde quiere colocar su nuevo terrario. Les va mejor la luz solar indirecta y brillante.
Este proyecto permitirá que tu hijo se alegre al ver crecer su creación, añadirá verde a su vida y, además, le dará una pequeña y divertida responsabilidad para mantener su terrario personal en crecimiento y cuidado. Si de algún modo muere, no te preocupes, todo lo que tienes que hacer es salir a otra aventura para reunir nuevos materiales con los que recrearlo.