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COMER, DORMIR, DESPERTAR, REPETIR: la importancia de las rutinas en la infancia

Todas las mañanas son iguales. Despierta. Desayuna. Vístete. Cepíllate los dientes. Puede parecer que estás en un ciclo de hacer lo mismo todos los días, pero según zerotothree.org, tener una rutina diaria para tu hijo puede ayudarle a desarrollar su capacidad cerebral y contribuir a una buena salud mental. Para el espíritu libre, las rutinas pueden parecer demasiado rígidas, pero hay formas de tener una rutina sólida y a la vez mantenerla flexible. Las rutinas pueden tener cualquier forma o tamaño. Hay rutinas matutinas, rutinas para irse a dormir, rutinas extraescolares y todo lo demás.

¿Por qué debo establecer una rutina diaria?

La constancia y las rutinas ayudan al bebé o al niño pequeño a saber qué va a ocurrir a continuación. Las rutinas ayudan a los niños a aprender a controlarse. Esto puede ayudar a reducir las luchas de poder. Aunque sea algo que el niño no quiera hacer, si sabe que forma parte de la rutina, puede ayudarle a cooperar mejor.

Beneficios de tener una rutina:

  • Generar confianza entre el niño y el adulto.
  • Ayudar al niño a sentir que controla su entorno.
  • Las rutinas constantes ayudan al niño a sentirse seguro y le reconfortan.
  • Puede reducir las luchas de poder
  • Acérquese a su hijo
  • Ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales
  • Gestión del tiempo
  • Orientar el comportamiento positivo y la seguridad
  • Afrontar las transiciones


¿Cómo es una


una buena rutina diaria?

Bien planeado –

  • Cada uno entiende su papel.
  • Todos ven que los papeles son razonables y justos.

Regular –

Las buenas rutinas forman parte de la vida familiar cotidiana. La coherencia es importante, pero debe haber cierta flexibilidad. Un ejemplo de flexibilidad es que tu hijo tiene que vestirse todos los días, pero puede elegir su propia ropa.

Predecible –

Las cosas suceden siempre en el mismo orden. Todo el mundo sabe lo que le espera a lo largo del día. Puedes añadir algo de flexibilidad diciendo: «¿Quieres vestirte primero o cepillarte los dientes antes?».

¿Cómo enseño rutinas a mis hijos?

Utiliza elementos visuales: ¿Has visto esas tablas de tareas o rutinas tan monas que puedes imprimir? A los niños les ayuda mucho saber qué va a ocurrir a continuación. Para los niños pequeños que aún no saben leer, utiliza dibujos. Para los niños mayores, puedes utilizar palabras.

Divídelo en pasos: Tu hijo puede sentirse abrumado si le mandas limpiar toda su habitación él solo. Puedes dividirlo en pasos dejándoles elegir si quieren recoger primero los juguetes o los libros.

Si está intentando introducir nuevos elementos en su rutina y su hijo se resiste, empiece poco a poco. Añade una cosa nueva cada vez. Cuando se convierta en un hábito, podrás añadir más. Sé coherente. Sé firme pero cariñoso. En poco tiempo, tendrás una rutina que funcione para tu familia.

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