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Las rabietas: ¿Algo bueno?

Como especialista en apoyo a los padres, una de las preocupaciones más comunes que escucho son las rabietas. A menudo irracionales, impredecibles e impasibles, no me sorprende que las rabietas puedan preocupar tanto a unos padres que simplemente intentan por todos los medios que su hijo sea feliz y respire. ¿Qué debe hacer un padre cuando parece que su hijo es el único que llora en el suelo en el supermercado, o cuando parece que sigue teniendo una rabieta incluso cuando se sale con la suya? En lugar de verlo como una situación en la que todos pierden o, peor aún, como un ataque personal, podemos optar por verlo como un indicador de desarrollo.

Cronología de las rabietas

Hacia los 18 meses, los niños pequeños pueden empezar a tener rabietas, pero como indica el título común de «Terrible Twos», hacia los 2 o 3 años es cuando estas rabietas empiezan realmente a tomar forma. ¿Por qué ocurre esto con tantos niños? El Child Mind Institute explica que un niño de esta edad carece de varias habilidades que le dificultan pensar razonablemente en los momentos difíciles y las emociones:

  • Control de los impulsos
  • Resolución de problemas
  • Retrasar la gratificación
  • Negociar
  • Comunicar deseos y necesidades a los adultos
  • Saber lo que es apropiado o esperado en una situación determinada
  • Autocalmante

Según el Center on the Developing Child de Harvard, el «proceso [of learning the executive skills listed above] es un proceso lento que comienza en la infancia, continúa en la edad adulta temprana y está moldeado por nuestras experiencias». Con su córtex prefrontal aún en desarrollo (su centro de juicio y funcionamiento ejecutivo), ¡no es de extrañar que sea así! Su deseo de comunicar sus necesidades, decepciones y deseos se queda corto con respecto a sus capacidades actuales, lo que hace que su impulso por cualquier tipo de comunicación (buena o mala, la que se refuerce) sea más fuerte.

A medida que vemos florecer su desarrollo neurológico y socioemocional, los padres tienen una gran oportunidad de enseñar a sus hijos sobre su bienestar emocional. En lugar de caer en el ciclo de recompensar el mal comportamiento en las rabietas para que paren, ¡date cuenta de que hay otras formas más beneficiosas de manejar esta etapa del desarrollo!

Cómo ayudar

Las rabietas son duras, ¡y los padres no tienen por qué sufrir esta etapa sin estar bien equipados! Como especialista en apoyo a los padres, hay algunos recursos informativos que me gusta ofrecer a los padres que se encuentran en lo bueno y lo malo de esta etapa. Uno de ellos son los consejos del Child Mind Institute para romper el mal comportamiento:

  1. Gestionar los antecedentes.
  2. Refuerce el comportamiento deseado.
  3. Enseñe un comportamiento de sustitución.
  4. Abordar las habilidades subdesarrolladas que están en la raíz de la incapacidad del niño para comportarse adecuadamente.
  5. Responder al comportamiento inadecuado de un alumno de forma que lo disuada.

Otro recurso habitual que me gusta ofrecer a los padres es el Coaching Emocional. Los niños están empezando a experimentar sus grandes emociones por primera vez, por lo que necesitan que un padre afectuoso les enseñe la mejor manera de manejar esos sentimientos:

  1. Sea consciente de las emociones; sintonice con los sentimientos de su hijo y con los suyos propios.
  2. Conecte con su hijo; aproveche los momentos emotivos como oportunidades para conectar.
  3. Escuche a su hijo; respete sus sentimientos dedicando tiempo a escucharle atentamente.
  4. Nombra las emociones; ayuda a tu hijo a identificar y nombrar las emociones.
  5. Encontrar buenas soluciones; explorar juntos soluciones a los problemas.

El último recurso que mencionaré es una lista de frases que un padre puede utilizar para calmar a un niño emocionalmente alterado. Contiene 26 frases junto con razones por las que utilizarlas en lugar de frases comunes que los padres ya utilizan. Un par de ejemplos:

  • En vez de: ¡Ya está, te voy a castigar! Inténtalo: Vamos juntos a nuestro espacio de calma.
  • En lugar de: Deja de quejarte. Inténtalo: Te escucho. ¿Se te ocurre alguna solución?

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Aunque las rabietas no son fáciles de manejar, con esta nueva comprensión del desarrollo típico del niño y las herramientas para utilizar durante esta etapa, ¡espero que los padres se sientan capacitados para manejar este(os) momento(s) difícil(es) de la vida! Help Me Grow está aquí para apoyar a los padres en cualquier momento difícil, ya sea mediante una conversación telefónica, recursos informativos fiables o referencias comunitarias acreditadas. Llámenos al 801-691-5322 o envíe un formulario de inscripción a nuestro sitio web con su pregunta/preocupación, y un especialista en apoyo a los padres se pondrá en contacto con usted lo antes posible. Gracias por confiar en nosotros.

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