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Los fundamentos de la «diversión» en la crianza de los hijos

Ser padres no es fácil, ¡pero puede ser divertido! En medio de las noches en vela, las lágrimas y las rabietas, y tantas otras exigencias, aún podemos infundir humor, alegría y jovialidad. De hecho, el juego y la tontería pueden aligerar esos momentos difíciles.

Imagina salir por la puerta por la mañana. Justo cuando te das cuenta de que has olvidado algo, tu hijo de preescolar no quiere ponerse los zapatos y tu bebé regurgita. Una reacción típica sería empezar a sentirse estresado y presionado e intentar salir corriendo por la puerta. Pero los niños captan muy rápidamente nuestras señales emocionales, y el estrés sólo empeora las cosas en un momento como éste. ¿Y si pudiéramos aligerar el ambiente? Por supuesto, ayuda disponer de tiempo suficiente, pero incluso si llegamos tarde, podemos elegir cómo hacerlo. Empezar el día con estrés marca la pauta para el resto de la jornada. ¿Y si pudiéramos hacer alguna tontería, como fingir que nos probamos todos los zapatos (¡Ésos son demasiado grandes! Éstos son demasiado pequeños… ¡oh, no, ésos son los correctos!) A tu hijo le parecerá una tontería y jugará a coger sus propios zapatos. La diversión de este momento también marca la pauta del día.

Por supuesto, los padres no podemos ser juguetones todo el tiempo (al fin y al cabo, somos los mayores). A veces, tenemos que ponernos serios y trabajar en la gestión de todo tipo de cosas en la vida de un niño (niñeras, guardería, colegio, visitas al médico, por nombrar sólo algunas). Por si fuera poco, muchos padres y cuidadores están muy ocupados, lo que dificulta un estado de ánimo lúdico. De hecho, el estrés y la alegría pueden considerarse opuestos.

Entonces, ¿qué necesitamos para entrar en un estado de ánimo juguetón o tonto, incluso en medio de los retos cotidianos? En primer lugar, date permiso a ti mismo. Probablemente haya mil cosas en tu lista de tareas pendientes, pero lo conseguirás incluso cuando permitas que el humor entre en la situación. En segundo lugar, considere los muchos beneficios de una actitud lúdica. La risa es curativa En una entrevista, Tina Payne-Bryson, coautora de The Whole-Brain Child con Daniel Siegel, afirmó que «la risa le dice a tu cerebro que la vida es buena, que las cosas están bien». La risa es muy buena para nosotros, porque libera el estrés y los grandes sentimientos. La risa estimula la relajación, ¡lo contrario del estrés! El juego también es esencial para el desarrollo del niño. A través del juego, los niños aprenden a comprender y gestionar las emociones. Pueden probar distintos papeles y varios niveles de control sobre su situación. A través del juego pueden aprender a ver muchas perspectivas diferentes. Y también aprenden nuevas palabras de vocabulario y conceptos matemáticos a través del juego, si los introduces en tu propio juego. Aunque el juego es una actividad que no tiene ningún objetivo, aparte de jugar, ¡sigue teniendo muchos beneficios! En tercer lugar, considere lo significativos que pueden ser estos momentos tontos. ¿Qué recordará su hija cuando sea mayor? ¿Todos esos momentos serios, o los tontos? Cuando una de mis amigas falleció hace unos años, su hijo adulto le dijo que sus recuerdos más preciados eran de ella haciendo el tonto y riendo. Cuando nos olvidamos de nosotros mismos en momentos divertidos juntos, tendemos a sentirnos relajados y conectados el uno con el otro. Por último, como se ha ilustrado anteriormente, un poco de humor y diversión pueden ayudar a conseguir que los niños hagan lo que tú quieres que hagan, de forma agradable (¡y sin que se den cuenta de que están obedeciendo!).

Ni que decir tiene que las actividades tontas deben ser divertidas para todos los participantes. Hacer cosquillas a un bebé puede provocar fácilmente sobreestimulación y llanto. Ríete de un niño (en lugar de divertiros juntos) y se herirán sentimientos. Cuando los niños tienen grandes sentimientos de tristeza, ansiedad, enfado u otros disgustos, primero hay que escucharlos. Necesitarán a alguien que les ayude a entender. Cuando hay espacio para todo tipo de sentimientos -incluidos los más «pesados»-, el ambiente puede aligerarse con una broma o un gesto tonto. Al igual que una gran tormenta con lluvia y truenos, los sentimientos difíciles avanzan y el sol vuelve de nuevo. La risa y la tontería pueden ayudar a crear estados de ánimo alegres, ¡y a mantenerlos!

Si necesitas inspiración, aquí tienes más ideas: rediscoveredfamilies.com/15-ways-silly-kids.

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