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5 maneras de fomentar el buen comportamiento al tiempo que se tratan los comportamientos negativos

Me hacía mucha ilusión conocer a mi sobrino y verle descubrir lo que la vida le ofrece. Nos enamoraron sus primeras palabras y nos encantaba oírle reír… luego llegaron los paquetes de puré de frutas. Durante semanas, sus padres le dijeron con severidad: «¡No!», mientras él rociaba la salsa de su boca sobre ellos. Intentaban cambiar su comportamiento, pero sólo lo reforzaban. No fue hasta que decidieron no reconocer el mal comportamiento cuando empezó a cesar. Tanto si es tu primer hijo como si es el duodécimo, saber cómo fomentar el buen comportamiento y manejar el malo es un proceso de aprendizaje.

Estás de suerte. Hay herramientas, consejos y estrategias para ayudar a tu hijo a aprender y desarrollarse:

Sé el ejemplo

¡Practica lo que predicas! Aunque ningún padre es perfecto, puede ayudar a sus hijos a desarrollar hábitos saludables poniéndolos en práctica usted mismo. Las oportunidades ocasionales de predicar con el ejemplo incluyen sonarse la nariz con un pañuelo, hablar positivamente de uno mismo y de los demás o guardar los zapatos. Cuando las emociones están a flor de piel, hay más posibilidades de enseñar con el ejemplo: Cuando se te ocurra levantar la voz por frustración, respira un poco o bebe un sorbo de agua. Si respondes a tus emociones de forma adecuada, los niños pueden estar más preparados para cambiar su propio comportamiento reflejando el tuyo.

Saber cuándo responder

Mientras el mal comportamiento no tenga riesgo de ser peligroso para el niño, intenta ignorarlo. Su hijo puede estar buscando una reacción y seguirá persistiendo en el comportamiento. También pueden sufrir las consecuencias naturales de sus acciones, como por ejemplo que al triturar las galletas se queden sin galletas para comer.


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ntender y reconducir los comportamientos

Usted no ha sido niño durante muchos años, por lo que puede ser difícil ponerse en el lugar de su hijo. Antes de mandar inmediatamente a tu hijo a tiempo fuera, trata de entender por qué se ha comportado de determinada manera. Hágales preguntas y esté dispuesto a escuchar activamente. Reconoce que pueden estar actuando como un grito para llamar tu atención o reaccionando a emociones como el aburrimiento. También podría ser beneficioso redirigir el comportamiento de una actividad a otra.

Elogie lo positivo

Puede resultar fácil dejar que lo bueno pase desapercibido y centrarse en corregir el mal comportamiento, pero todos sabemos lo frustrante que es no ser reconocido por las buenas acciones. Cuando veas que tu hijo recoge sus juguetes, tanto si se lo has pedido como si no, ¡hazle saber que se lo agradeces! Cuando coman sus verduras, den un abrazo a su hermano o digan por favor, demuéstrenle su gratitud. Las palabras amables, especialmente las de un ser querido de confianza, pueden ser fortalecedoras y reforzar el comportamiento.

Normas y consecuencias

Las normas son una herramienta para que tu hijo aprenda lo que se espera de él. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades presentan la importancia de las normas, cómo crear normas familiares y cómo concienciar a toda la familia. Las normas deben ser claras y coherentes; ayuda a tu hijo a entenderlas. Las consecuencias son una forma de ayudar a tu hijo a aprender los efectos de sus actos. Si le dices a tu hijo que no puede seguir jugando con un determinado juguete si no lo comparte y sigue sin querer, cumple tu palabra retirándole el juguete. Sea fiel a su palabra, pero nunca discipline a su hijo quitándole una necesidad, por ejemplo una comida.

Aprender a fomentar el buen comportamiento y a responder al malo requiere tiempo y paciencia. Poner en práctica estas estrategias te ayudará en tu empeño.

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