A menudo los padres tienen la sensación de no tener tiempo para practicar ningún tipo de autocuidado. Aunque los padres saben que el autocuidado es importante, a menudo pueden sentir que no están siendo buenos padres si se toman algún tiempo para sí mismos. También pueden sentir que con todas sus responsabilidades como padres, simplemente no tienen tiempo para practicar ningún tipo de autocuidado. Las exigencias de criar a los hijos pueden hacer que a los padres les resulte difícil imaginar dedicar siquiera unos minutos a sus propias necesidades.
Sin embargo, practicar la autocompasión, o aprender a tratarse a uno mismo con la misma amabilidad y consideración con que se trataría a un amigo, es importante para los padres. Nada parece salir según lo planeado cuando cuidamos y educamos a nuestros hijos, pero aprender a practicar la autocompasión nos permitirá estar bien equipados para manejar todas las exigencias que la crianza de los hijos puede acarrear.
¿Qué es la autocompasión?
Como dice la Dra. Kristin Neff, una de las principales investigadoras de la autocompasión, hay tres componentes básicos de la autocompasión: la bondad, la humanidad común y la atención plena. A medida que aprendas a desarrollar estos componentes básicos de la autocompasión, podrás cuidar mejor de ti mismo y, a su vez, serás más feliz y podrás cuidar mejor de los demás.
Tratarnos con amabilidad
Ser amables con nosotros mismos como padres es importante. A menudo, si no cumplimos nuestras propias normas en la crianza de los hijos, somos más duros y crueles con nosotros mismos de lo que jamás seríamos con cualquiera de nuestros amigos o familiares. Tratarnos con amabilidad nos permite tratarnos como nos trataría un amigo en momentos de dificultad. Cuando nos tratamos a nosotros mismos con amabilidad, podemos ser más felices y cuidar mejor a nuestros hijos. En lugar de centrarnos en nuestros defectos, podemos centrarnos en cuidar de nuestros hijos.
Reconocer nuestra humanidad común
Cuando experimentamos dificultades como padres, a menudo lo vemos como algo anormal. No nos damos cuenta de que otros padres experimentan las mismas dificultades y también cometen errores. Cuando hacemos algo mal, es útil dar un paso atrás y darnos cuenta de que esta lucha o dificultad que estamos experimentando no nos ocurre solo a nosotros. Todos somos humanos y todos cometemos errores y tenemos dificultades. Comprender que no está solo en su lucha puede ayudarle a centrarse en el cuidado de sus hijos, en lugar de en sus propios defectos percibidos.
Ser consciente
Quizá el componente más importante de la autocompasión sea la atención plena. Cuando estamos atentos somos capaces de reconocer que estamos luchando y atravesando un momento difícil, ya sea por la crianza de los hijos o por cualquier otra causa. A menudo nos estresamos demasiado por nuestros errores o dificultades. Cuando somos capaces de darnos cuenta de lo dolorosos y contraproducentes que pueden ser nuestros pensamientos, podemos adoptar otro enfoque y ser amables y comprensivos con nosotros mismos. Esto, a su vez, nos ayuda a centrarnos en el cuidado de nuestros hijos, en lugar de en nuestros propios defectos.
Aunque te parezca que no tienes tiempo para practicar ningún tipo de autocuidado, tomarte pequeños momentos a lo largo del día para controlar tus emociones y ser autocompasivo es crucial para tu felicidad individual. Sentirse más feliz y optimista le ayudará a su vez a gestionar las exigencias de criar y cuidar a sus hijos. A medida que practiquemos la autocompasión como padres, estaremos mejor equipados para manejar todas las exigencias que la crianza de los hijos puede acarrear.