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38 ejercicios cotidianos para desarrollar la motricidad fina

«Mano, mano, dedos, pulgar. Un pulgar un pulgar tamborileando en un tambor. Dum ditty dum ditty dum dum dum» escribe Al Perkins en el entrañable libro infantil «Mano, mano, dedos, pulgar». De pequeña, mi madre me enseñó a tocar el piano. Como muchos niños pequeños, me quejaba durante los 20 minutos que mi madre me pedía que practicara cada día: un pulgar, dos pulgares, machacar las mismas ocho notas de una escala una y otra vez no era tan divertido como correr por los aspersores con mis amigos. Realmente me disgustaba practicar el piano todos los días, es decir, hasta que mis habilidades aumentaron, mis dedos se fortalecieron y, de repente, pude tocar las canciones «divertidas» que me gustaban. Al pasar de niña a adolescente, seguí estudiando piano y, tras varios años de formación clásica en la adolescencia, a los 15 años tuve el privilegio de actuar con mi profesor en los conservatorios de música de Pekín y Shanghai, en China. Había encontrado la alegría y la pasión en un arte que antes temía, y mi duro trabajo se vio recompensado con una experiencia inolvidable que conservo y sobre la que reflexiono casi 10 años después.

 

Los movimientos de los dedos, las muñecas y las manos se denominan habilidades motoras finas, y con cada mes que pasa tu bebé alcanza emocionantes hitos en esta área. ¿Sabías que un par de semanas después de nacer, tu bebé ya puede mover los brazos de forma simétrica? A los dos meses, tu bebé se agarra y rasca la ropa, y te agarra el dedo si le tocas la palma de la mano. A los 6 meses, tu bebé empezará a transferir objetos de mano en mano, a enderezar los codos cuando los alcance y a utilizar un movimiento de rastrillo para coger con los dedos objetos pequeños como las Cheerios. Al año, su hijo señalará con el dedo índice, aplaudirá y utilizará una «pinza» para coger objetos pequeños.

Una definición de libro (de la Enciclopedia de Salud Infantil) define la motricidad fina como «pequeños movimientos de manos, muñecas, dedos» e incluye también «pies, dedos de los pies, labios y lengua.» Cosas como salpicar agua, abrocharse botones o coger trocitos de comida son distintas formas en que un niño utiliza la motricidad fina en sus actividades cotidianas. Es importante trabajar en el desarrollo de estas habilidades motoras finas para que escribir con un lápiz, utilizar utensilios y abotonarse y subirse la cremallera de la ropa se convierta en una tarea fácil en la infancia posterior.

Al Perkins sigue escribiendo: «Hand picks an apple. Hand picks a plum. Dum ditty dum ditty dum dum dum». El movimiento que utilizarías para agarrar una manzana, abrir un tarro o apretar una pelota antiestrés se conoce como «agarre de fuerza». La prensión completa y cerrada de la mano con todos los dedos y el pulgar es un movimiento que se ve desde la infancia, pero que se va perfeccionando con el paso de los meses y se utiliza a lo largo de toda la vida. La motricidad fina es un aspecto importante para poder tener una buena calidad de vida, porque nos ayuda a desenvolvernos y a realizar grandes y pequeñas tareas con facilidad. Tómese un tiempo con su hijo para trabajar su motricidad fina y la suya propia.

A continuación te presentamos algunos ejercicios que puedes utilizar para ayudar a tus hijos a desarrollar la motricidad fina. Para más ideas puedes visitar nuestro tablero de Pinterest.

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