Puede que no recuerdes tu primer día de colegio, o puede que lo recuerdes demasiado bien. Es una gran transición que incluye nuevas personas, lugares y presiones. Los niños experimentan muchas emociones confusas debido a esto, y si usted anticipa ciertos cambios de comportamiento puede ayudar a su hijo a navegar por este tiempo con éxito.
Cuando los niños van a la escuela y aprenden cosas nuevas, pueden sentir miedo a la crítica y al fracaso por primera vez, además de pensar en conceptos nuevos, como los seres sobrenaturales.
Es probable que la ansiedad se mezcle con la emoción que siente su hijo por empezar algo nuevo. Hay muchas preocupaciones potenciales sobre las que podría necesitar tranquilidad. También es normal que tu pequeño se sienta cansado y agobiado por el largo día que ha tenido, así que intenta no sentirte dolido si no quiere hablar de ello nada más llegar a casa.
Algunos comportamientos no deseados pueden aparecer a medida que tu pequeño prueba cosas nuevas, como hacer trampas, pelearse, tener malos hábitos (por ejemplo, morderse las uñas), mentir o decir palabrotas. No, tu angelito no se ha pasado al lado oscuro, sólo está aprendiendo más sobre sí mismo y sobre los demás y puede que aún no entienda lo que se espera de él. Muchas veces estos comportamientos son sólo una fase y la pequeña Sally sólo necesita un poco de paciencia.
Cuando se trata de comportamientos como engañar y mentir, puedes ver en ello una oportunidad para enseñar principios como la integridad y lo que significa ser un buen ciudadano. Puede que tu pequeño no entienda por qué es importante ser honesto, y para ayudarle a aprender estos conceptos están los padres. A la hora de enseñar por qué estos comportamientos son incorrectos, intenta evitar transmitir la idea de que tu hijo es malo. El comportamiento de una persona es independiente de su carácter.
La agresividad es algo que puede aparecer por faltar a casa o tener dificultades con la lectura. Si todavía no has empezado a entrenar a tu hijo en emociones, ahora es un buen momento para ayudarle a reconocer y entender por qué se siente así. Esto le permite expresar sus sentimientos en lugar de reprimirlos y hacer que afloren de forma negativa. No pierda la oportunidad de sentar las bases de una buena salud mental para su hijo.
Pero, ¡espera! Este tiempo también tiene su lado positivo. Al empezar la escuela, tu hijo también desarrolla habilidades relacionadas con conocer gente nueva, prestar atención durante más tiempo y asumir nuevas responsabilidades. Es posible que tu hija sea capaz de realizar tareas más complejas (¡menos trabajo para ti!) y de entender perspectivas distintas a la suya, lo que hará posible conectar con ella a un nivel más profundo. Intenta recordar los buenos cambios cuando los difíciles sean más fáciles de ver.
La transición a la escuela es compleja para toda la familia y puede resultar difícil recordar que los comportamientos negativos son normales. Si intentas abordar la situación con amor y comprensión, la relación con tu hijo se fortalecerá y él se sentirá capacitado para afrontar otros grandes cambios en el futuro.