Si hay algo que he aprendido de los niños pequeños es que tienen sentimientos muy fuertes y que a veces les cuesta transmitirlos bien. A veces, saben lo que quieren decir, pero no están seguros de cómo expresar lo que sienten, o puede que no entiendan lo que sienten, y eso puede asustar a un niño. Esto puede suponer un reto para los padres a la hora de ayudar a sus hijos a aprender a utilizar las palabras para expresar sus emociones.
Algo importante que pueden hacer los padres es ayudar a sus hijos a aprender a interpretar y comprender sus emociones. A continuación te ofrecemos algunas estrategias que pueden ayudarte a conectar con tu hijo y ayudarle a conectar con sus emociones.
- Las emociones suelen sentirse fisiológicamente. Llamar la atención sobre un ritmo cardíaco acelerado, los puños cerrados o el ceño fruncido de nuestro hijo. Hable con su hijo sobre lo que está sintiendo, haciéndole preguntas y tomando conciencia de estas experiencias corporales.
- Ayude a su hijo a describir lo que siente. Al mantener estas conversaciones sobre los sentimientos, los niños aprenden a ser conscientes de lo que sienten y también aprenden las palabras que explican esas emociones.
- Cuando ayudamos a los niños a entender lo que sienten, también es importante recordarles que sus sentimientos son importantes y que no hay que tenerles miedo. Busque formas de validar los sentimientos de su hijo sin consentir comportamientos negativos.
- Sugerir acciones o comportamientos que un niño puede hacer para buscar consuelo o ayuda cuando siente una emoción difícil.
- Cuando tu hijo se comporta de una manera que no es apropiada para el momento o el lugar, es importante que le hagas saber con cariño que tiene que encontrar una manera mejor de hacerte saber lo que siente.
- Intenta evitar castigar a tu hijo cuando esté en medio de una crisis emocional. Deja claro que sus emociones no son la razón por la que estás enfadado con ellos, sino que la forma en que expresan lo que sienten no es apropiada.
- Cuando tu hijo se haya calmado, dedica tiempo a hablar de lo ocurrido. Ayúdales a corregir los daños o problemas que puedan haberse producido durante la fusión. Puede ser pidiendo disculpas a alguien que ha sido herido o limpiando un desastre.
Cuando los niños se sienten seguros compartiendo sus sentimientos y reconocen que sus sentimientos no son malos, son más capaces de responder a ellos de forma adecuada. A los niños les resulta más fácil responder y se reducen las posibilidades de rabietas y rupturas de comunicación. Al trabajar juntos la experiencia emocional de nuestro hijo, podemos darle las palabras para expresar sus sentimientos, y podrá utilizarlas en futuras situaciones emocionales a medida que aprenda a procesar y regular sus emociones.