En algunos casos, el divorcio es necesario para el bienestar de la familia, por ejemplo, cuando hay malos tratos. Pero cuando no es así, fortalecer el matrimonio y resolver los conflictos evita muchos problemas, al tiempo que ayuda a los niños a adquirir valiosas aptitudes para la vida.
Por qué evitar el divorcio siempre que sea posible
El divorcio perjudica a los hijos cuando hay menos recursos disponibles para cubrir los gastos y cuando el motivo de la ruptura no está claro para los hijos. Si los padres parecían llevarse bien la mayor parte del tiempo y de repente rompen, los hijos podrían culparse por la ruptura y crecer pensando que las relaciones acaban al azar.
Por otro lado, los niños que crecen con sus padres biológicos casados tienen más probabilidades de graduarse en el instituto, evitar la cárcel y los embarazos adolescentes.
Efectos de los conflictos conyugales
Aunque permanecer casado independientemente de la calidad del matrimonio tiene sus ventajas, los altos niveles de conflicto entre los cónyuges parecen influir negativamente en los hijos y en su comportamiento. Las discusiones entre los padres pueden aumentar en los adolescentes el consumo de alcohol y tabaco, el bajo rendimiento escolar y la formación y disolución temprana de la familia. Otros posibles efectos de que un niño note el conflicto entre sus padres son la ansiedad, la culpa y los comportamientos de insensibilización (por ejemplo, comer en exceso o el uso excesivo de videojuegos). Un problema más sutil puede ser que un niño sienta que no puede hablar con sus padres sobre cómo le hacen sentir sus peleas. También puede sentir la necesidad de ocuparse de las emociones de otros miembros de la familia. La presión que conllevan estas preocupaciones puede provocar sentimientos de depresión.
Los problemas matrimoniales, como las dificultades económicas y un alto volumen de interacciones negativas entre los cónyuges, pueden llevar a un niño a comportarse de forma inadecuada. La buena noticia es que trabajar para superar estos retos puede invertir esos efectos, como se ve en este ejemplo.
Por supuesto, cierto grado de desacuerdo es inevitable en una relación tan íntima, por lo que es importante hablar con su hijo sobre cómo le hace sentir el conflicto y ayudar a los miembros de la familia a desarrollar técnicas de afrontamiento saludables.
Cómo los matrimonios sanos pueden ayudar a los niños
Cuando la relación de pareja es buena, hay muchas posibilidades de enseñar a los hijos habilidades y hábitos valiosos. Por ejemplo, las muestras de afecto entre los cónyuges ayudan a los niños a ver cómo debe ser una relación sana. Además, demostrar una resolución sana de los conflictos ayuda a los niños a aprender formas productivas de afrontar los problemas.
Si tiene problemas en su matrimonio
Si su matrimonio es un reto, no está solo. Puede consolarse con los estudios que demuestran que las parejas infelices que permanecen unidas afirman ser felices en su relación 10 años después. Puede que merezca la pena seguir intentándolo.
He aquí algunos consejos sencillos para fortalecer su matrimonio:
- Planifique citas nocturnas periódicas para mantener el contacto.
- Perdona rápidamente en lugar de dejar que crezca el resentimiento.
- Compartir las expectativas financieras: es una parte crucial del matrimonio.
- Busque terapia de pareja si quiere ayuda para evitar el divorcio.
Si su matrimonio tiene una mínima posibilidad, puede que merezca la pena trabajar para salvarlo, tanto por el bienestar de sus hijos como por el suyo propio. Mientras trabajas en tu relación puedes ayudar a tus hijos a tener paz ahora y éxito en sus relaciones futuras.
