La transición de una actividad a otra puede ser un reto para adultos y niños. Que te digan «es hora de irse» de la nada puede hacer que los adultos nos apresuremos a terminar las cosas de última hora que olvidamos hacer. Para un niño, no es diferente. Puede que no lo veamos desde su perspectiva, sobre todo cuando la actividad es divertida y atractiva. A los niños les suele costar más hacer la transición, pero no tiene por qué ser un calvario. A continuación se ofrecen algunos consejos para la transición de los niños.
Recordatorio visual o verbal
Disponga de un elemento de transición visual o verbal. Puede ser un temporizador en una aplicación. También pueden ser las ilustraciones incorporadas en este post. Recuerda recordarle al niño los minutos que le quedan constantemente para que no se sorprenda ni se agobie ante la repentina necesidad de salir del parque o dejar de ver su programa favorito. Puede que te encuentres repitiendo continuamente como un loro, pero los niños necesitan la repetición para dominar habilidades como la transición.
Establecer rutinas
Intenta establecer una rutina. Las rutinas pueden ser complicadas cuando los horarios escolares, los trabajos y los problemas de salud son incoherentes. Los horarios regulares pueden ayudar a los niños porque saben lo que va a ocurrir a lo largo del día. Cuando es capaz de crear un plan, su hijo puede acostumbrarse a él o entenderlo. Por ejemplo, lavarse las manos antes y después de cenar. Por la noche cepillarse los dientes después del baño pero antes de acostarse. Todo lo que pueda emparejar para ayudar a su hijo a conocer el orden de las actividades.
Elogios
¡¡Alabado, alabado, alabado!! Habrá momentos en los que tu hijo te escuche y haga la transición rápidamente. También habrá momentos en que se vuelvan más independientes y no quieran hacer la transición. El poder de la atención positiva puede cambiar el comportamiento. Según el Child Mind Institute, la atención positiva requiere un «cambio de lente en el que señalamos a los niños los buenos comportamientos e ignoramos (al menos en el momento) los no tan buenos».
La idea es que, para los niños, la atención de los padres es tan poderosa que cualquier comportamiento al que prestemos atención aumentará, aunque le digamos que pare». Sigue insistiendo. Los elogios provocarán los cambios que deseas ver, mucho antes de lo que lo harán las críticas.
Implicar al niño
Para ayudar a influir en tu hijo, debes intentar conectar con él. Intente ver las transiciones desde el punto de vista de su hijo: practique el juego de roles. Cuando sea posible, pídele a tu hijo su opinión. ¿Qué les ayudaría a cambiar? ¿Llevan un juguete en el coche? Trabajen juntos para averiguar qué pueden hacer. ¿Cómo podemos hacer felices tanto a los padres como a los hijos?
Como maestra de escuela, recuerdo que se me ocurrían constantemente formas de ayudar a los niños en edad preescolar en la transición. Tanto si se trataba de utilizar el sistema de compañeros, la pizarra de centavos y ganarse un tentempié, el temporizador de la pizarra o perder la voz por los constantes recordatorios, ayudar al niño en la transición era más importante que perder la paciencia o salirme con la mía. Algunos niños necesitan más estímulo. Recuerda que sólo son niños; su madurez emocional aún está creciendo. No pretenden hacerle llegar tarde, enfadarle o causarle problemas. Les has mostrado lo divertido que puede ser el mundo; es difícil que dejen de hacerlo.
Recurso adicional: Cómo ayudar a los niños con las transiciones
– Gema, especialista en apoyo a los padres