Las investigaciones indican que los niños que aprenden una segunda lengua mejoran su memoria, concentración y capacidad multitarea. En un estudio reciente, se estudió a niños que hablaban dos lenguas y se comparó con niños que hablaban una. Descubrieron que los niños bilingües mostraban una mayor densidad de materia gris en el cerebro. La materia gris del cerebro es el componente responsable de la memoria, el habla y los detalles sensoriales. Esto significa que estos niños bilingües tenían una mayor capacidad de procesamiento de la información. En otro estudio, se consideró que los niños que hablaban dos idiomas eran mejores lectores por su capacidad para hablar más de una lengua. Contrariamente a la creencia popular, aprender dos idiomas simultánea o secuencialmente de niño no los confunde. De hecho, mejora sus habilidades fonológicas y de vocabulario. Además, los niños bilingües también tienen más probabilidades de obtener mejores resultados en los exámenes. Y más adelante, cuando sean adolescentes, puede ayudarles a obtener más puntos en el SAT (¡una media de 140 puntos más!).
Además de mejorar su rendimiento académico, como se menciona en el artículo, los niños que aprenden una segunda lengua pueden tener una mayor conciencia cultural. Es más probable que mejoren sus amistades e interacciones con personas que no son de su misma cultura o procedencia. Al aprender una segunda lengua, los niños pueden comunicarse con familiares que no hablan inglés. Puede acercarles a su etnia.
En general, los niños bilingües pueden alimentar su curiosidad a través de una segunda lengua y, aunque puede ser duro, es un esfuerzo que merece la pena. Cuando aprenden un nuevo idioma, abren una puerta a nuevas oportunidades y habilidades que les serán útiles durante toda su vida.