Las vacaciones de verano son una de las épocas más emocionantes para ser niño; un tiempo para olvidarse de la parte más exigente de la vida: la escuela. Pero, ¿un descanso estival sin aprendizaje ayuda realmente a los niños a largo plazo? Un informe señalaba que, por término medio, los niños olvidan el último mes de aprendizaje del curso escolar anterior, y en algunas zonas se registra una pérdida mayor, ¡del 25 al 30% de lo aprendido ese mismo año! La mayor pérdida de aprendizaje se registró en matemáticas, más que en lectura u otras asignaturas. Pero, ¿y si no tiene por qué ser así? En lugar de repasar o ponerse al día al comienzo del próximo curso escolar, ¿por qué no empezar a avanzar? Esto no quiere decir que los niños deban hacer deberes en lugar de jugar durante todo el verano (¡jugar es a menudo una de las mejores formas de aprender!); hay muchas maneras de reforzar lo aprendido y preparar a los niños para el próximo curso escolar al tiempo que se divierten. Lo bueno del aprendizaje es que puede tener lugar en cualquier lugar.
Un buen lugar para empezar es esta página web para saber qué ha aprendido ya tu hijo en su curso escolar que acaba de terminar. Una vez que sepas en qué punto se encuentran sus conocimientos, podrás adaptar cualquier actividad dentro o fuera de casa para reforzar su aprendizaje.
Para empezar con las matemáticas, la asignatura que más se pierde durante el verano, hay varias formas de practicar lo aprendido durante el curso escolar. ¿Por qué no prueba una nueva receta y hace que su hijo lea las instrucciones si acaba de aprender a medir? Si han aprendido a sumar o restar fracciones, también puedes duplicar o reducir a la mitad la receta. Los libros de matemáticas que proponen rompecabezas y acertijos divertidos para que los niños los resuelvan también son una forma estupenda de aprender y reforzar las habilidades matemáticas (en esta página puedes encontrar un par de buenas ideas de libros de matemáticas).
Reservar tiempo para leer cada día es una forma segura de reforzar la capacidad lectora. Vaya a la biblioteca a buscar un libro nuevo para que su hijo lo descubra. ¿Le gustan los juegos a su hijo? Busca una sopa de letras o crucigramas divertidos para hacer durante el día. Anima a tu hijo a buscar la definición de cada palabra nueva y ¡conviértelo en un juego!
Otras formas que pueden ser un poco menos convencionales son las excursiones y los experimentos científicos. Las excursiones a museos, lugares emblemáticos u otros sitios históricos son una forma segura de seguir aprendiendo durante todo el verano con un poco de aventura. Lea en voz alta con sus hijos las placas que describen obras de arte o lugares emblemáticos. ¿Cuántos años han pasado desde que ocurrió el suceso? ¡Haz cuentas! ¿Le fascina la ciencia a su hijo? Lea sobre experimentos famosos que cambiaron el curso de la historia (en bibliotecas y librerías se pueden encontrar muchos libros acordes con los distintos niveles de lectura). Encuentra un experimento científico fácil de hacer en casa, en nuestra página de Pinterest o buscando en Internet, y haz que tu hijo te acompañe para leer las instrucciones y los materiales que necesitaréis.