Vivimos tiempos de agitación política, enfermedades y catástrofes naturales. En casa, podemos estar soportando pruebas como el divorcio, la muerte de un ser querido o una enfermedad mental. Ya es bastante difícil hablar de estos temas con otros adultos. Intentar explicar estos acontecimientos a los niños puede ser una tarea desalentadora. Entonces, ¿cómo se sienten y aprenden nuestros hijos sobre las cosas difíciles que les rodean?
Explicar temas difíciles a los niños pequeños puede plantear varios problemas. He aquí algunas ideas sobre las preocupaciones que puede tener a la hora de explicar temas difíciles a los niños pequeños.
¿Cuál es el mejor momento para sacar el tema? ¿Cómo sacarlo a relucir con naturalidad?
Asegúrate de que estás en un entorno especialmente seguro y familiar para el niño. Por ejemplo, la comodidad de su propia casa. Es importante que el niño pueda centrarse en la conversación, por lo que iniciar la conversación justo después de llegar a un parque infantil conocido puede ser un lugar seguro, pero probablemente no sea el momento ideal. Asegurarse de que el momento y el lugar de la conversación están libres de distracciones y son seguros ayudará a reducir cualquier estrés inicial antes de la conversación, además de permitirles estar más abiertos a comenzar la conversación.
¿Cuánta información debo darles? ¿Y si me hacen preguntas que no sé responder?
Como en todas las discusiones difíciles que surgen, es fundamental proporcionar información precisa, necesaria y adecuada a la edad. Si notas que tú o tu hijo sentís malestar, intenta centrarte en procesar sólo la información que ya has explicado antes de añadir más información. Como en todas las interacciones con tu hijo, intenta ser sincero sobre las respuestas que tienes y las que simplemente no sabes. Como los temas difíciles suscitan sentimientos de incertidumbre, es bueno que tu hijo vea que los adultos experimentan la incertidumbre igual que los niños y saben que no pasa nada por no entenderlo todo.
¿Cómo puedo prepararles para las nuevas y difíciles emociones que pueden experimentar a raíz de esta noticia? ¿Y si empiezo a mostrar emoción?
Dado que su hijo puede sentir una sensación de incomodidad o incertidumbre repentina, es importante recordarle las cosas que esta información no puede cambiar. Por ejemplo, puede que no cambie mucho su rutina diaria, su seguridad general o la de sus seres queridos. Para un niño puede ser muy reconfortante oírlo de un cuidador cariñoso.
Si puede prepararse para esta conversación, dedique algún tiempo a ensayar frente a un espejo las cosas que desea expresar a su hijo. Te darás cuenta de qué emociones sugieren tus gestos. Recuerda que no es tarea de los padres bloquear cualquier emoción verdadera de sus hijos. Sin embargo, cuando mostramos una expresión emocional sana a nuestros hijos, podemos acompañarla de una gestión emocional sana o de mecanismos de afrontamiento que ellos puedan reflejar en su propia regulación emocional. Asegúrese de que su hijo dispone de formas sanas de afrontar las emociones negativas cuando surjan. Ten preparadas algunas preguntas o ideas para ayudarles a procesar la información, los pensamientos y los sentimientos difíciles durante la conversación. Y, por supuesto, prepárate para ver cómo se sienten después de la conversación inicial.