Casi todos los niños podrían beneficiarse del coaching socioemocional. El objetivo del coaching social y emocional es ayudar a los niños a aprender habilidades sociales, inteligencia emocional y comportamientos. Estas capacidades pueden ayudar a los niños a relacionarse con sus compañeros y a regular sus propias emociones. Enseñar a los niños a regular sus emociones puede parecer una tarea abrumadora para padres y cuidadores. Sin embargo, hay cosas muy sencillas que los padres pueden hacer al interactuar a diario con sus pequeños y que pueden ayudarles a adquirir estas habilidades. Vroom también tiene consejos sencillos que pueden ayudar a los padres a enseñar a los niños a través del juego.
Expresar emociones ligeramente negativas: Lo primero que pueden hacer los padres es expresar sus propias emociones negativas leves, y luego hablar con los niños sobre los mecanismos de afrontamiento. Es importante elegir una emoción negativa o una situación en la que el progenitor aún controle sus emociones. Un ejemplo de ello podría ser expresar una leve frustración mientras se conduce con un niño detrás de un conductor agresivo. Un padre podría decir: «Este conductor acaba de ponerse justo delante de mí, y eso me hace sentir un poco asustado y frustrado porque no conduce de forma segura. Voy a ponerme en el carril de al lado para no estar detrás de un conductor inseguro».
Etiquetar las emociones:
Los padres pueden explicar a los niños cómo se sienten las personas o los personajes. Un ejemplo podría ser decirle a un niño: «Le has puesto una manta al muñeco. El muñeco parece feliz de estar calentito bajo una manta».
Validar las emociones: Los padres pueden hacer saber a sus hijos que está bien sentir emociones positivas y negativas. Por ejemplo, diciendo: «parece que Tom ha volcado tu torre de bloques y te sientes enfadado por ello. Está bien sentirse enfadado cuando nuestras torres de bloques se caen».
Modelar emociones:
Los padres pueden modelar emociones utilizando sus propias experiencias, o utilizando personajes o animales de peluche. Por ejemplo, que un personaje diga: «Estoy muy triste por no poder ir a la tienda con los demás. Voy a pensar en una manera de sentirme mejor».
Etiquetar las relaciones sociales:
Cuando los padres ven interacciones y relaciones sociales positivas pueden señalárselo a sus hijos. Por ejemplo, describiendo lo que ven: «¡Ese niño acaba de compartir su galleta con la niña que está sentada a su lado! Es muy amable por su parte. Quizá ahora sean amigos».
Modelar formas de relacionarse con los iguales: A menudo, los cuidadores o los hermanos mayores deben modelar formas saludables de relacionarse con los compañeros. Los padres pueden hacerlo con personajes y peluches jugando con los niños. Por ejemplo, pueden decir «¡Creo que voy a preguntar si puedo tener un turno!». «¿Puedo jugar contigo?» «Hola, me llamo Robo-Dog, ¿cómo te llamas?».
Mucho de lo que podemos hacer para entrenar a los niños puede ocurrir a través del juego. Modelar estas habilidades sociales y emocionales es una forma estupenda de que los niños aprendan a autorregularse.
Para saber más sobre cómo ayudar a los niños pequeños a comprender sus emociones o sobre la inteligencia emocional en la primera infancia, puede hacer clic en los enlaces.