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¿Con lengua? No rehúyas las preocupaciones relacionadas con la alimentación.

Con tanto que hacer y aprender como madre primeriza, saber cuándo y de qué hablar con el profesional sanitario puede resultar abrumador. Tanto si has optado por la lactancia materna como por el biberón, es posible que necesites que un profesional te aclare qué dudas tienes sobre la alimentación. Al fin y al cabo, es difícil ser consciente de cosas que no conocemos.

Madres lactantes, ¿habéis notado que vuestro hijo toma y deja el pecho con frecuencia? ¿Tu bebé se cansa demasiado para terminar de comer o hace mucho ruido mientras come? ¿Su hijo come todo el tiempo pero no aumenta de peso? Oh, ¿y qué pasa con esos pechos? ¿Le pellizcan o arrugan los pezones cuando el bebé se desabrocha? ¿Le duelen los pezones durante la lactancia o tiene poca producción de leche? No te quedes con la boca abierta; habla con el profesional que elijas.

Las madres que dan el biberón también deben estar atentas a las señales. ¿Has notado que tu bebé babea o se le escapa la leche de fórmula por la boca? ¿El bebé traga mucho aire? ¿Se cansa su hijo rápidamente mientras come? Si es así, asegúrese de comentar estos síntomas con su profesional sanitario. Se sorprenderá de la cantidad de información que le dará su proveedor una vez que se la pida.

Bromas aparte, tener un bebé con la lengua trabada es algo que hay que tener en cuenta. La anquiloglosia se produce cuando la parte media de la lengua no se eleva. Como la lengua parece estar pegada o atada al suelo de la boca, nació el término lingual. Para comprobarlo, fíjate en la forma de la lengua. Cuando el niño tiene la lengua trabada, la punta de la lengua puede parecer un corazoncito. Esta forma se forma cuando el tejido que une la lengua del bebé al suelo de la boca es demasiado grueso o corto.

Aunque pueda parecer un cuento de viejas oír que los niños nacen con la lengua atada, se trata de una afección médica común en alrededor del
25 por ciento
de nacimientos. Esta dolencia presenta una gran variedad y gravedad, y no todos los lactantes con este problema requerirán atención médica. La principal preocupación es si el niño tiene restringido o no el movimiento de la lengua, lo que limita su capacidad para alimentarse. Afecta más a los niños que a las niñas.

Cuando la alimentación no vaya como esperaba, recuerde que los problemas de alimentación son multifactoriales y que, en la mayoría de los casos, pueden resolverse con la ayuda de un experto. Los padres nunca deben culparse porque la alimentación no vaya según lo previsto. Si un padre está frustrado o preocupado, lo mejor es buscar ayuda profesional. Puedes acudir a un pediatra, un ginecólogo/obstetra o un asesor de lactancia para que te ayuden a identificar y superar este problema y a otros retos alimentarios. No dejes que se te trabe la lengua. Habla e infórmate. Después te sentirás mejor.

Si a tu hijo se le traba la lengua, no te alarmes. Los profesionales pueden sugerir terapias no invasivas para ayudar al bebé a superar los problemas de alimentación. Si su hijo tiene un caso más grave, se puede realizar un procedimiento en consulta llamado Se puede recomendar lafrenotomía .

La frenotomía es rápida y sencilla y puede ayudar a liberar la lengua, permitiendo que se mueva con mayor eficacia. Los padres preocupados por esta afección deben abordarla cuanto antes, ya que la mayoría de los pediatras querrán realizar este procedimiento antes de que el niño sea 12 semanas de edad. Los recién nacidos tienen frenillos finos y un sangrado mínimo y tienden a olvidarlo poco después. Inmediatamente después se puede dar el pecho o incluso el biberón.

La frenotomía mejora la lactancia y la alimentación con biberón en la mayoría de los casos. Al alimentarse, el lactante debe ser capaz de sellar el pezón. Las madres lactantes pueden experimentar dolor cuando el bebé no puede sellarse bien alrededor del pezón, lo que hace que haga gomas en lugar de succionar. Este procedimiento no siempre mejora la alimentación, pero suele hacerlo, y los inconvenientes son mínimos.

Padres, tengan en cuenta que incluso después de someterse al procedimiento la lactancia materna puede no mejorar, y que la lengua trabada puede no ser la única razón de las dificultades de alimentación de sus bebés. Además, ten en cuenta que un bebé con problemas de lengua trabada rara vez tiene problemas mecánicos para hablar o para la higiene bucal. Sin embargo, puede causar problemas de articulación en la capacidad del niño para pronunciar ciertos sonidos.

Cuando tengas dudas sobre la lactancia materna o el biberón, no te quedes con la boca abierta; habla con el profesional que elijas.

El objetivo final es ayudar a su hijo a desarrollar todo su potencial; hablar con sus profesionales sanitarios sobre los problemas de alimentación le ayudará a conseguirlo. Padres, ustedes son los mejores defensores de sus hijos, y aprender a hablar claro cuando es necesario es una habilidad que les ayudará a NO convertirse en padres con la lengua trabada.

Si desea ayuda para encontrar recursos cerca de usted, póngase en contacto con Help Me Grow en el 801-691-5322.

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