El Día de la Tierra es una fiesta nacional que se celebra en abril para demostrar el apoyo a la protección del medio ambiente. Hay muchas formas de ayudar a cuidar nuestro planeta. El reciclaje es una de ellas. Veamos cómo pueden participar los niños en el reciclaje.
Hazlo accesible. Cuando era pequeño, mi hermano pequeño me pidió un año por su cumpleaños contenedores de reciclaje. En nuestro garaje, teníamos un contenedor para latas, plástico, etc. Mi hermano se convirtió en el «policía» del reciclaje en nuestra casa. Si alguien ponía plástico en el cubo de la basura normal, ¡sabía que tendría noticias suyas! El reciclaje se convirtió en algo natural porque estaba convenientemente situado cerca de la cocina, donde se producía la mayor parte de la basura, y los contenedores estaban fácilmente etiquetados para evitar confusiones. Si te interesa empezar a reciclar con tu hijo, pero quieres empezar de forma sencilla, permítele que haga sus propios cubos con cajas de cartón resistente. Pinta juntos el exterior y enumera en el exterior de la caja los tipos de objetos que deben ir en ese contenedor de reciclaje.
Haz que sea divertido. Resulta que no hace falta hacer mucho para que el reciclaje resulte divertido para los niños pequeños. Se sienten autónomos e independientes cuando aprenden a emparejar el objeto correcto con la papelera o el contenedor en el que va. Considere la posibilidad de tener dos contenedores. Uno para el reciclaje normal y el otro para las manualidades. Añade objetos como rollos de papel higiénico, cajas de pañuelos y cartones de huevos. Este tipo de objetos pueden transformarse en pequeños telescopios, bongós, cohetes y mucho más. Disfruta de su entusiasmo mientras participan en la limpieza de la casa.
Tareas de reciclaje. Involucra a los niños en las tareas de reciclaje de la casa. Pueden ser ideas sencillas para que los niños ayuden en casa, como enjuagar los contenedores o tarros reciclables, ayudar a aplanar las cajas de cartón o llevar los materiales reciclados a la zona designada para depositarlos si aún no dispone de un contenedor de basura para los materiales reciclables. Tómate un tiempo con el cambio de estación para repasar con tu hijo la ropa vieja o que ya no le sirve y llevadla juntos a un punto de donación. Estas ideas no sólo reforzarán el vínculo con su hijo, sino que crearán hábitos duraderos que irán más allá de su hogar.
En conclusión, reciclar no tiene por qué ser una carga. Enseñar a los niños, a través de actividades y diversión, a cuidar la Tierra con pequeños detalles marca una gran diferencia. Los niños pequeños tienen la oportunidad de practicar la motricidad fina y gruesa participando en el reciclaje y, a medida que crecen, se sienten satisfechos y orgullosos de su esfuerzo.