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El Dr. John Gottman, uno de los fundadores del Instituto Gottman, publicó un libro titulado «Criar a un niño emocionalmente inteligente». En su página web hay un artículo muy útil titulado «Introducción al entrenamiento emocional» que enseña que hay cuatro tipos de estilos de crianza a la hora de atender a los niños y sus emociones.
1. El padre desdeñoso: Este estilo de crianza se caracteriza por padres que se retiran o descartan las emociones negativas. Ellos esperan que el tiempo cure todas las heridas y ven las emociones como tóxicas. Esto hace que los niños sientan que hay algo malo en ellos y que no son capaces de controlarse.
2. El padre desaprobador: Es similar al padre que rechaza, sin embargo, este estilo tiende a ser más duro y manipulador. Los padres con este estilo se preocupan más por la disciplina y se interesan poco o nada por el origen de las emociones de sus hijos. Los niños se ven afectados de forma similar a los que tienen padres desdeñosos, pues sienten que hay algo malo o anormal en ellos.
3. El padre laissez-faire: Este estilo incluye a los padres que no ofrecen orientación o apoyo a través de las emociones. Estos padres también establecen poca o ninguna orientación con respecto al comportamiento. Esto hace que los niños tengan dificultades para concentrarse y que les cueste hacer y mantener amistades.
4. El entrenador emocional: (Que es a lo que aspiramos): Se caracteriza por padres que dedican tiempo a conectar y establecer vínculos con sus hijos. Son padres que se esfuerzan por comprender las emociones de sus hijos y por ayudar al niño a reconocer y comprender sus emociones.
Los niños que tienen padres que les entrenan emocionalmente están en una situación de mayor ventaja en comparación con sus compañeros, que no los tienen. El Instituto Gottman afirma que los niños que reciben entrenamiento emocional de sus padres son capaces de tener éxito en muchos aspectos de su vida porque son más capaces de regular sus emociones, tienen más confianza en sí mismos, rinden mejor académicamente y están físicamente más sanos.
Además de estos grandes beneficios, Parenting Counts comparte estos beneficios del entrenamiento emocional diciendo que los niños forman amistades más fuertes con otros niños, se calman más rápidamente cuando se enfadan, le va mejor en la escuela, manejan mejor sus estados de ánimo, tienen menos emociones negativas e incluso se enferman con menos frecuencia.
Aunque todas estas ventajas suenan muy bien, no necesariamente hacen que el coaching emocional sea un proceso fácil. Parenting Counts ofrece una guía paso a paso sobre cómo educar emocionalmente a tu hijo con éxito.
1. Se consciente de lasemocionesEsto significa comprender tus emociones y las de tu hijo. Esto puede resultar difícil y abrumador. Está bien tomarse un momento y dar un paso atrás para identificar mejor tus emociones y las de tu hijo si es necesario No rechaces las emociones negativas en ti o en tu hijo, recuerda que es natural y saludable experimentar emociones negativas. Esto le resultará más fácil con el tiempo, a medida que aprenda a observar y prestar atención al lenguaje corporal, las expresiones faciales y el tono de su hijo.
2. Conecte con tu hijo : Es importante que animes a tu hijo a hablar de lo que siente y vive. Aunque es posible que quieras descartar las emociones negativas de tu hijo al principio, concéntrate en escuchar y esforzarte por comprender. Las emociones de los niños no siempre tienen sentido para nosotros y por eso es esencial que escuchemos y comprendamos. Toma el tiempo de enseñar y orientar antes de que las emociones provoquen el mal comportamiento.
3. Escuche a tu hijo : No evites ni juzgues las emociones de tu hijo, más bien demuestra que comprendes sus emociones y ayúdale a sentirse validado en su forma de sentir. Por ejemplo, puedes decir: «Vaya, veo que estás enfadado porque tu hermano no para de quitarte el juguete».
4. Nombra la emoción: Ayude a tu hijo a identificar lo que siente, ayudándole a desarrollar su vocabulario emocional. No solo hagas eso basado en tus observaciones, sino concéntrate en lo que te ha dicho sobre sus sentimientos. También puede ser útil hablar de tus propias emociones para ayudar a tu hijo a entenderlas.
5. Encontrar una buena solución s : Cuando hayas demostrado que comprendes los sentimientos de tu hijo, ayúdale a saber cómo manejarlos Ayuda a tu hijo a explorar soluciones y evita las frases «no lo hagas», más bien concéntrate en soluciones que él o ella pueda usar. Ejemplo: Si tu hijo pegara a su hermanito porque le quitó un juguete, tú ayudarías a tu hijo a entender que, aunque estuviera enfadado con su hermanito, pegar a su hermano no es apropiado. Puedes preguntar al niño cuál cree que sería una forma mejor de comportarse en el futuro.
El entrenamiento emocional no es una tarea fácil. Requiere una crianza atenta y paciente. Esto puede ser especialmente difícil cuando tu hijo haya hecho algo que te disguste. Cuando intentes preparar emocionalmente a tus hijos, acuérdate de ser comprensivo contigo mismo. No entenderás ni resolverás a la perfección las emociones de tu hijo. Sin embargo, a medida que sigas intentando entrenar emocionalmente a tu hijo, verás que con el tiempo te resulta más fácil y manejable.