Imagina a dos niños de 3 años construyendo una creación con bloques. Justo cuando quiere coger el último bloque rojo, otro niño se lo arrebata. La reacción de Maddy es coger el bloque, gritar «¡No!» y ponerse a llorar a voz en grito cuando el otro niño no se lo devuelve. Al enfadarse y frustrarse, tira el bloque y derriba su propia creación. La reacción de Jamie es diferente. También dice «¡No!» y coge el bloque, pero en vez de estallar de rabia, dice: «Yo quería ese bloque. No me gusta que lo cojas». Espera la respuesta del otro niño y, mientras tanto, consigue mantener la calma. Cuando el otro niño no le devuelve el bloque, se dirige a un adulto de confianza y le dice: «¡Me ha quitado el bloque! No me gusta!» y se muestra abierta a escuchar las sugerencias del adulto.
En un escenario como éste, mucho depende del nivel de desarrollo del niño. Pero a cualquier edad o etapa, podemos apoyar las habilidades de los niños para reconocer y regular sus emociones y para comunicar a los demás lo que quieren o necesitan. Cuando los niños están bien regulados, pueden comunicar sus necesidades y tienen habilidades para iniciar y mantener relaciones, criarlos es menos estresante para los padres. La competencia social y emocional también ayuda a los niños a crear y mantener amistades, a tener más éxito en la escuela y a fomentar una salud mental óptima. Por eso es una de las Cinco factores de protección (también conocidos como Cinco Fortalezas):
- Conocimiento de la crianza y el desarrollo infantil: Criar a los hijos a medida que crecen
- Apoyo Concreto en Tiempos de Necesidad: Saber cómo encontrar ayuda
- Resiliencia parental: Construir la fuerza interior
- Conexiones Sociales: Conectar con los demás
- Competencia Social y Emocional de los Niños: Ayudar a los niños a comprender los sentimientos
Reforzar la competencia social y emocional
La Competencia Social y Emocional de los Niños puede apoyarse ayudando a los niños a desarrollar habilidades para que puedan gestionar sus emociones y establecer relaciones sanas (Alianza de Fondos Fiduciarios para la Infancia). ¿Cuáles son los ingredientes necesarios para desarrollar estas habilidades? ¡Hay muchos! La competencia social y emocional es fomentada por factores del niño, como el temperamento, y por las prácticas de crianza y otros factores de apoyo.
Temperamento
Algunas personas nacen con un temperamento (tendencias conductuales y emocionales innatas) más fácil que otras. Rasgos de temperamento incluyen el nivel de actividad, la regularidad, la accesibilidad, la adaptabilidad, la intensidad, el estado de ánimo, la distractibilidad, el umbral sensorial y la persistencia. Los bebés que son predecibles (por ejemplo, al comer y dormir) son más fáciles de encajar en un horario. Es más fácil conectar con los bebés sonrientes. Los bebés que necesitan más tiempo para acostumbrarse a los cambios necesitarán un enfoque más paciente y una observación cuidadosa de sus señales. Los que se sobresaltan con facilidad, son impredecibles y difíciles de calmar, puede ser un rompecabezas averiguar qué funciona mejor con ellos. Puede requerir mucho ensayo y error encontrar qué rutina para acostarse les calma mejor, o qué cambio en el entorno les ayuda a permanecer tranquilos.
La buena noticia es que las prácticas positivas de crianza marcan una diferencia aún mayor para los bebés con temperamentos difíciles. Por ejemplo, la Dra. Grazyna Kochanska de la Universidad de Iowa observado Bebés de 7 meses durante el juego libre con sus mamás o papás. A los 15 meses, jugaban con cada progenitor y participaban en varias tareas, como limpiar los juguetes con los que jugaban. Curiosamente, los bebés que tendían a enfadarse a los 7 meses eran excelentes ayudantes a los 15 meses, pero sólo cuando el progenitor respectivo había respondido de forma positiva a sus señales cuando eran bebés. Este estudio ilustra que las relaciones entre padres e hijos favorecen la competencia social y emocional desde una edad temprana, ¡especialmente cuando el niño tiene un temperamento más difícil!
Relaciones de apoyo con los padres
Los bebés pequeños tienen necesidades y sentimientos, pero necesitan que los adultos cariñosos corregulen con ellos para que puedan aprender a reconocer lo que ocurre en su interior. La corregulación es un proceso continuo de darse cuenta de las señales del bebé y de lo que hay que hacer para ayudar a su cuerpo a volver a la calma. Es un proceso de ensayo y error. Como los bebés no pueden hablar, los padres tienen que usar sus mejores conjeturas e intuición para decidir cómo apoyar a su bebé en ese momento. Al cabo de varios meses, los padres suelen llegar a reconocer patrones (por ejemplo, el bebé suele dormirse fácilmente, excepto cuando está demasiado cansado). Esto les ayuda a saber qué hacer (por ejemplo, intentar dormir al bebé antes de que se canse demasiado).
Los bebés están aprendiendo a reconocer sus distintos sentimientos, y este proceso les ayuda a desarrollar el sentido de sí mismos. Si pudieran hablar, podrían decir: «Cuando tengo una sensación de roer y dolor en la barriga, significa que tengo hambre. Entonces, mamá o papá vienen y me dan de comer, y me siento satisfecho». Las respuestas de los adultos cariñosos ayudan al bebé a ser más consciente de sus sentimientos internos. Recibir una respuesta coherente también enseña al bebé que es una persona valiosa y que los demás cariñosos están ahí para ayudarle, apoyarle y reflejar sus sentimientos.
Con el tiempo, los bebés aprenden a identificar mejor sus propias necesidades y sentimientos si los padres están atentos a sus señales. Aprenden gradualmente a reconocer sus propias señales emocionales. A medida que aprenden a hablar y sus padres siguen ayudándoles a aprender a nombrar sus sentimientos, los niños pequeños aprenden entonces a etiquetar sus sentimientos, a entender por qué se sienten así y a aprender formas de ayudarles a regular esos sentimientos. Al principio, eso puede ser simplemente «¡Para!» para indicar que necesitan un descanso. Más adelante, el niño puede ser más preciso y expresar con frases de varias palabras cómo se siente y por qué, y qué necesita.
Factores culturales
En algunos aspectos, la competencia social y emocional es similar en todas las culturas. Por ejemplo, ¡a cucú se juega en todo el mundo! Mediante este juego, los bebés aprenden que sus padres pueden desaparecer brevemente, pero que siguen ahí (una forma temprana de practicar breves separaciones de forma alegre). Los bebés y los niños pequeños también muestran todas las emociones básicas: alegría, tristeza, enfado, miedo, asco y sorpresa. Éstas se experimentan en todas partes, pero las culturas difieren en qué emociones se destacan o minimizan. Por ejemplo, los estudios han demostrado que en España se fomenta el orgullo, pero en China se desalienta. También existen complejas redes de conexión social y estatus que son diferentes en cada cultura. Incluso las «culturas familiares» ponen de relieve emociones y normas sociales diferentes.
Sin embargo, en todo el mundo, los padres pueden aprender formas de apoyar las habilidades sociales y emocionales de sus hijos, ¡y todos los niños aprenden a su manera!
Recursos para apoyar la competencia social y emocional
En Help Me Grow Utah, ofrecemos muchos recursos y consejos para fortalecer las relaciones y fomentar las habilidades de regulación de las emociones. Una herramienta útil es la «rueda de las emociones» ( éstepor ejemplo) que muestra varias emociones básicas y luego versiones más matizadas de las mismas. En los actos de divulgación, nuestro equipo de Ayúdame a Crecer suele repartir las llamadas «caras de emoción», que puedes utilizar para practicar la identificación de las distintas expresiones emocionales. En cinco pasos del Coaching Emocional ofrecen directrices claras sobre cómo ayudar a tu hijo a identificar y nombrar las emociones y a encontrar formas de manejarlas. Para fomentar relaciones seguras, una práctica diaria o semanal de Tiempo especial puede reforzar el vínculo con tu hijo, y el Círculo de Seguridad ofrece un mapa del equilibrio entre apego y exploración. Llama a Ayúdame a Crecer Utah al (801) 691-5322 o descarga la aplicación aplicación Sparkler ¡para más ideas!