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Un bebé alimentado es un bebé feliz 3 mitos sobre la mejor forma de alimentar al bebé

Ser padre o madre es una experiencia que cambia la vida, emocionante y extraordinaria. Sin embargo, es habitual que las madres se sientan culpables por cualquier cosa que le ocurra a su bebé, ya sea dentro o fuera de su control. Vivimos en un mundo en el que los espectadores se apresuran a señalar con el dedo y avergonzar a las madres por CUALQUIER COSA que hagan. Trabaja a tiempo parcial mientras tienes niños en casa y te tacharán de cuidador negligente. Si te conviertes en ama de casa a tiempo completo, te avergonzarán por ceder a los roles de género tradicionales y «anticuados». El peor de estos desacuerdos y conversaciones vergonzosas gira en torno a la lactancia materna frente al biberón. Hay montones de ideas equivocadas y juicios de valor sobre este tema, así que hoy vamos a DESTRUIR 3 mitos comunes sobre la lactancia materna.

Dar el biberón es malo

La lactancia materna tiene una amplia lista de efectos positivos para la salud, como la protección contra algunas enfermedades a corto y largo plazo, el aumento de anticuerpos de la madre en el bebé y la reducción del riesgo de cáncer de ovarios y de mama en la madre. Dicho esto, el biberón es una alternativa totalmente sana y segura para cualquier madre que no pueda o decida no dar el pecho. Desde finales del siglo XIX, las empresas fabricantes de preparados para lactantes se han esforzado por elaborar preparados densos en nutrientes, mejorados y enriquecidos con todos los minerales y vitaminas necesarios para el crecimiento del bebé.

Todo el mundo da el pecho

Muchas madres son físicamente incapaces de dar el pecho. El dolor y las fisuras del pezón son frecuentes y, si estos síntomas no se tratan, pueden convertirse en mastitis, una dolorosa infección que te impide dar el pecho. En Estados Unidos, alrededor del 80% de los bebés se alimentan exclusivamente con leche materna nada más nacer, pero esa cifra desciende hasta el 20% a los 6 meses. A veces, la decisión de dar el pecho es económica. Si eres una madre trabajadora, la logística de amamantar a tu bebé hasta 2 horas, 4-5 veces al día es imposible. Aunque algunas empresas tienen políticas de lactancia, muchas mujeres tienen que elegir entre un bebé hambriento o hacer frecuentes pausas no remuneradas para alimentarlo. No estás sola, tanto si optas por la lactancia materna como por el biberón.

Todo el mundo sabe ya cómo dar el pecho

A pesar de la suposición de que la lactancia materna es un instinto humano natural, se necesita mucha educación para que la lactancia funcione sin problemas. La educación sobre lactancia materna incluye cualquier material sobre lactancia materna impartido por alguien con experiencia o formación en lactancia. Esto podría incluir clases prenatales a las que asistan las madres embarazadas, ya sea en un entorno clínico como un consultorio médico o una clínica de salud, o en lugares como bibliotecas, centros comunitarios, iglesias, lugares de trabajo y escuelas. La educación sobre lactancia materna también puede incluir formación posparto después del parto. El objetivo de estas clases es ayudar a todas las madres a sentirse cómodas y capaces de dar el pecho. Pueden educar a la madre sobre cómo saber cuándo el bebé está lleno o qué postura es mejor para sentarse mientras come. La formación práctica en lactancia materna permite a la madre aprender la forma correcta de amamantar, lo que ayuda al bebé a sacar el máximo partido de la lactancia.

Si estás embarazada o planeas quedarte embarazada el año que viene, busca el curso de lactancia más cercano, en línea o en tu localidad. Infórmate sobre cómo tu horario de trabajo complementaría o entraría en conflicto con un horario de lactancia. Busca formas de conseguir fórmulas con descuento a través de subvenciones del gobierno u organizaciones que donen estos suministros. Averigua qué método te funcionaría mejor, ¡y no tengas miedo de hacerlo a base de ensayo y error!

En realidad, el conocimiento es poder. Disponer de más recursos que enseñen a las madres a dar el pecho puede favorecer un peso más saludable en los bebés y mantenerlos saciados y felices. Enseñar sobre lactancia materna permite a cada madre tomar una decisión informada, y aumenta el número de bebés sanos y alimentados en todo el mundo. Al final, el mejor bebé es un bebé bien alimentado.

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